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Villa de Álvarez, Col. 20 de abril de 2020. El Gobernador del Estado de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez, ofreció apoyar al equipo que diseñó y construyó el prototipo ALVI 1.0, Aliento de Vida, para que continúen perfeccionando el respirador artificial con el que buscan asistir a pacientes graves de COVID-19.
En la visita que hizo acompañado de la secretaria de Salud, Leticia Delgado Carrillo, al taller TSDK Tecnologías, de los hermanos Ramos Nando, desarrolladores del proyecto, para conocer personalmente el prototipo que han desarrollado; los felicitó por su iniciativa y por los resultados alcanzados en esta primera etapa y se comprometió a apoyarles para que lo perfeccionen y pueda ser escalado a nivel nacional, si cumple con los parámetros y lineamientos federales.
Este primer prototipo fue calificado como clínicamente funcional por especialistas de la secretaría de Salud de la entidad, pero les sugirieron una serie de ajustes y modificaciones para que sea apto para pacientes graves de Covid 19, en las que trabajarán a partir de que reciban el apoyo; sobre este punto afirmaron estar seguros de cumplir con los requerimientos indicados y de construir los ventiladores de manera serial.
El equipo creador del ALVI 1.0 está integrado por tres jóvenes ingenieros y una ingeniera, de las áreas de Biomédica, Electrónica y Mecatrónica, cuyo espíritu de solidaridad, la capacidad de plantearse un reto e ir tras él, así como una solida formación académica y experiencia profesional, son las bases que les han permitido desarrollar un proyecto de alta complejidad, contra reloj y, hasta ahora, con sus propios recursos.
“Tenemos la gran ventaja de que las carreras que estudiamos son precismente las que se requiren para el respirador” afirmó Leobardo Miguel, ingeniero biomédico por la Universidad de Guadalajara e impulsor de este proyecto, al que se sumaron Leonardo Rafael, ingeniero en Electrónica con especialidad en Instrumentación y Control, egresado del TecNM campus Ciudad Guzmán y Leonid Alberto, ingeniero en Mecatrónica egresado del TecNM campus Colima, a quien apoya Judith González Gutiérrez, egresada de la misma carrera y actualmente profesora en este campus.
Leobardo Leonel, explicó que se organizaron como equipo interdisciplinario: “El ventilador para trabajar solo requiere de tomas de aire y oxígeno, y una toma de corriente a 110v”, explicó, “de allí parten dos sistemas: el hidro-neumático, que consiste en un circuito de mangueras, controles de flujo, reguladores de presiones, válvulas de paso y válvulas de seguridad, el cual está a cargo de Leonardo”.
“El otro sistema, de control electrónico, consta de tarjetas electrónicas que conectan los micro controladores a los diferentes sensores y actuadores de la parte hidro-neumática, de allí va a la pantalla que ve el usuario y los botones con que se programan las funciones del ventilador, del que son responsables Leonid y Judith”, dijo.
Este es básicamente el proyecto: todo un sistema electro-hidro-neumático completo precisó Leobardo, de quien, como ingeniero biomédico, depende la coordinación general.
“Por mi especialidad y experiencia profesional conozco bastante sobre ventiladores, su estructura y funcionamiento”, explicó, “así que pregunté a mis hermanos si podrían hacer piezas para esos sistemas, dijeron que sí, vimos que el proyecto era factible y empezamos. Cuidamos tres aspectos importantes: la seguridad del paciente, la funcionalidad y que dependa lo menos posible de tecnología extranjera, esto último para garantizar una producción masiva de los respiradores”, agregó.
Una experiencia de aliento y esperanza
Los cuatro profesionistas involucrados en el proyecto compartieron con este medio parte de la experiencia personal que han vivido en el proyecto ALVI 1.0. “Para todos ha sido un reto muy alentador y estimulante, porque estamos trabajando para la esperanza, para generar posibilidades de salvar vidas y eso nos ha motivado a dedicar nuestro máximo esfuerzo, recursos, tiempo y energía para lograrlo”.
Los hermanos Ramos Nando valoran la formación académica y humana que recibieron en sus respectivas instituciones educativas, aspecto que ha sido clave en el desarrollo del prototipo y en la actitud con que han vivido esta experiencia.
Leobardo comentó que la Universidad de Guadalajara “me aportó una formación sólida y las herramientas para abrirme paso, desarrollarme y saberme capaz de abordar proyectos complejos, por lo que le estoy muy agradecido”.
Leonardo Rafael, dijo que el TecNM campus Ciudad Guzmán “me dotó de los conocimientos y capacidades que he requerido en la vida profesional y me dio la seguridad de involucrarme en proyectos como este, pues durante la carrera nos motivaban a ir más allá de los libros”.
Judith González, quien colabora con Leonid en la parte de Mecatrónica, es egresada y actualmente profesora del Tecnológico de Colima. “Todo lo que he estado aplicando en el prototipo lo aprendí en el Tec. y algunos aspectos en la maestría que cursé en Ingeniería de Procesos”, dijo, “pero tanto los conocimientos como las competencias y habilidades que se requieren para desarrollar un proyecto que sea funcional, real, aplicable, los adquirí durante la carrera y los programas en que participé cuando fui estudiante, como el Delfín y el ENEIT”.
Por su parte Leonid Alberto, egresado del Tecnológico de Colima, afirmó que “en el Tec. los profesores toman en serio su tarea, además de maestros son amigos que nos impulsan a buscar más, a entrar a concursos y participar en convocatorias de investigación; yo tuve oportunidad de llegar dos veces a la fase nacional del ENEIT, y esas vivencias se reflejan en la experiencia que hemos tenido con el respirador: es un trabajo en equipo, interdisciplinario y hecho bajo presión, que nos exige conocimientos y habilidades, y en igual medida inventiva, creatividad y capacidad de respuesta”.
“Para mi es un honor haber egresado del Tecnológico, sigo teniendo amigos ahí, estudiantes y profesores, por eso considero que el Tec. de Colima, más que mi escuela es mi casa”., concluyó.